En cualquier empresa o negocio, además de la dirección, el departamento financiero es uno de los más importantes en lo que a gestión requiere. Es uno de los motores del negocio, y con una buena gestión puede conseguir lanzar a la empresa hacia el éxito. Una de las claves es conocer las diferentes posibilidades de financiación que existen en el mercado, así como cuáles son las que mejor se adecuan a las necesidades de cada empresa. ¿Te interesa? Entonces, lee hasta el final. Porque en este post, te desvelamos algunas de las mejores opciones que debes tener en cuenta para tu estrategia financiera..
En la mayoría de ocasiones, cuando una empresa decide invertir o comprar un inmueble o vehículo para su uso comercial acude al banco para solicitar un préstamo, leasing o póliza de crédito para poder realizar dichas operaciones de mayor coste. ¿Sabes cuál de ellos sería mejor para cada ocasión? ¡Aquí te lo desvelamos!
La elección de un préstamo o financiación por Leasing
En el caso de que estés pensando en la compra de inmovilizado, como un edificio, maquinaria, instalaciones, o vehículos por ejemplo, parece que los más adecuado es la solicitud de un préstamo o la financiación por leasing.
Estos sistemas, permiten amortizaciones mensuales por un número de años previamente acordado entre la empresa y el banco, según las necesidades, las cantidades a pagar o las cuotas mensuales fijadas.
La póliza de crédito
En cambio, si lo que lo que se pretende es reforzar la liquidez de la empresa, la opción más recomendada es la póliza de crédito.
Este sistema, se trata de un préstamo que el banco concede, y cuyo capital podemos o no utilizar según lo necesitemos. Puede utilizarse de forma periódica, o para ocasiones puntuales, pudiendo utilizar todo o parte de dicho capital disponible. Por norma general, las entidades bancarias efectúan una liquidación de intereses trimestral, calculada en base a las cantidades dispuestas durante el trimestre.
El descuento de efectos
El descuento de efectos es otra de las modalidades más habituales. En esta opción, la empresa entrega una remesa de efectos al Banco, quien los abona en la cuenta corriente del cliente, previo al descuento de los intereses que se devenguen hasta el vencimiento de los efectos y la correspondiente comisión.
Este sistema de cobro de intereses, también conocido como “el tirón”, obliga al cliente de la entidad a pagar los gastos financieros antes de disponer del principal. Hay empresas que por su solvencia les es permitido negociar las condiciones económicas con la entidad financiera de turno y pactan lo que se conoce como “un forfait” en el que solamente se cobran intereses, quedando exento del pago de comisión.
¿Estás pensando en realizar una operación de este tipo con el banco? Si lo que quieres es que la estrategia financiera de tu negocio sea todo un éxito, apuesta por un servicio de gestión para empresas totalmente profesional y especializado. ¡Apuesta por Bufete Cremades & Martínez! Esa será ¡la clave del éxito!